viernes, 1 de diciembre de 2006

Nirvana

Realmente existe el Nirvana, la paz interior. Se deben juntar multitud de aspectos para que se de pero a veces se da, ayer se dió.
Las palabras con acento cubano, relajaban, explotaban en mi cerebro, me hacían pensar, me transmitían felicidad y lloraba, tristeza y sonreía. La música sonaba celta, tranquila, sin prisa y el sonido de algún vaso de cristal sonaba en aquel bar. Además había caricias de amigos y suaves besos. Había risas, planes y el humo pasaba sobre nuestras cabezas.
En aquel momento no hubiera importado morir, la magia de las palabras, de los cuentos me llevaban de aquí a allá, era rey y a la vez un cocodrilo enorme del río Limpopo. Los ojos vivos del orondo cubano eran felices, ojos de cariño y felicidad. Las lágrimas querían brotar de alguno de nosotros y a aquellas horas de la noche, con una gorda luna blanqueando la noche solo apetecía permanecer allí. Sentado en el suelo, con mis amigos, las palabras de un cubano cuentero, la música celta y los labios de una chica que tenía sentado a mi izquierda acariciando los míos.


" La libertad no se mendiga se conquista"